sábado, 24 de marzo de 2012

TEÓRICOS DE INSPIRACIÓN MARXISTA.



Antonio Gramsci (1891-1937)


Fue un filósofo, teórico marxista, político y periodista italiano.
Sus padres fueron Francesco Gramsci (1860-1937) y Giuseppina Marcias (1861-1932). Francesco era originario de Gaeta y estudiaba derecho, pero a causa de la pobreza de su familia debió buscar rápido un trabajo y partió para Cerdeña. 
En el año 1881 se empleó en la oficina de registro de Ghilarza (provincia de Oristán). Allí conoce a Peppina, que sólo había estudiado hasta tercero de primaria y se casan, a pesar de la oposición de los padres de ella. Durante este período nacieron sus hijos: Gennaro (1884), Grazietta (1887), Emma (1889) y el 22 de enero de 1891, en Alès, Antonio, bautizado el 29 de enero.

El año siguiente los Gramsci se mudaron a Sorgono (provincia de Nuoro), donde nacen sus hijos: Mario en 1893, Teresina en 1895 y Carlos en 1897. Arrestado el 9 de agosto de 1898 con la acusación de peculado, concusión y falsedad en actos, Francesco Gramsci es condenado el 27 de octubre de 1900 al mínimo de la pena con la atenuante del “leve valor”: 5 años, 8 meses y 22 días de cárcel, para expiar en Gaeta.
Privados del sueldo del padre, son años de extrema miseria para los Gramsci. En ese entonces Antonio, a raíz de una caída cuando tenía tres años, sufre un traumatismo que le provoca una deformación en su columna y no crece más: su altura no superará el metro y medio. Según otra versión, la de la autopsia y los datos que dan en la "Casa-museo de Antonio Gramsci" en Ghilarza, suponía que estaba enfermo de tuberculosis osteoarticular, lo que impidió su crecimiento normal. Dicho padecimiento había afectado sus pulmones poco antes de su muerte.

Antonio comienza a asistir a la escuela primaria a los siete años y la concluye en 1903 con el máximo de calificaciones. Sin embargo, las condiciones de la familia no le permiten inscribirse a la secundaria y da su pequeña contribución a la economía doméstica trabajando en la Oficina del Catastro por 9 liras al mes, el equivalente a un kilo de pan al día. Trabajaba diez horas al día removiendo «registros que pesaban más que yo y muchas noches lloraba a escondidas porque me dolía mucho el cuerpo».

El 31 de enero de 1904 Francesco termina de cumplir su condena y obtiene un empleo de escribano en la Oficina del Catastro. Es así que Antonio puede inscribirse en la escuela secundaria municipal de Santu Lussurgiu, a 18 kilómetros de Ghilarza, «una pequeña escuela en la cual tres presuntos profesores regañaban, con caras exageradamente sombrías, durante las cinco clases».
Con esta preparación aventurada logra graduarse en Oristán y en el verano de 1908 se inscribe en el liceo Dettori de Cagliari, donde comparte una pensión junto a su hermano Gennaro, que trabaja en una fábrica de hielo.

Al fin del segundo año del instituto, pide a su profesor, director de la Unión Sarda, poder colaborar durante el verano en el periódico con breves correspondencias y el profesor lo acepta: el 20 de julio de 1910 recibe la credencial de periodista. El año siguiente se gradúa del liceo con ochos y un nueve en italiano.

Fundamentos filosóficos.


Se le conoce principalmente por la elaboración del concepto de hegemonía y bloque hegemónico, así como por el énfasis que puso en el estudio de los aspectos culturales de la sociedad (la llamada "superestructura", en la metáfora de Marx) como elemento desde el cual se podía realizar una acción política y como una de las formas de crear y reproducir la hegemonía.
Conocido en algunos espacios como el "marxista de las superestructuras", Gramsci atribuyó un papel central al agenciamiento infraestructura (base real de la sociedad, que incluye: fuerzas de producción y relaciones sociales de producción)/superestructura ("ideología", constituida por las instituciones, sistemas de ideas, doctrinas y creencias de una sociedad), a partir del concepto de "bloque hegemónico".

Según ese concepto, el poder de las clases dominantes sobre el proletariado y todas las clases sometidas en el modo de producción capitalista, no está dado simplemente por el control de los aparatos represivos del Estado, pues si así lo fuera dicho poder sería relativamente fácil de derrocar (bastaría oponerle una fuerza armada equivalente o superior que trabajara para el proletariado); dicho poder está dado fundamentalmente por la "hegemonía" cultural que las clases dominantes logran ejercer sobre las clases sometidas, a través del control del sistema educativo, de las instituciones religiosas y de los medios de comunicación


A través de estos medios, las clases dominantes "educan" a los dominados para que estos vivan su sometimiento y la supremacía de las primeras como algo natural y conveniente, inhibiendo así su potencialidad revolucionaria. Así, por ejemplo, en nombre de la "nación" o de la "patria", las clases dominantes generan en el pueblo el sentimiento de identidad con aquellas, de unión sagrada con los explotadores, en contra de un enemigo exterior y en favor de un supuesto "destino nacional". Se conforma así un "bloque hegemónico" que amalgama a todas las clases sociales en torno a un proyecto burgués.

La hegemonía es el concepto que permite comprender el desarrollo de la historia italiana y del Resurgimiento particularmente, que habría podido asumir un carácter revolucionario si hubiese adquirido el apoyo de vastas masas populares, en particular de los campesinos, que constituían la mayoría de la población. El límite de la revolución burguesa en Italia consistió en no ser guiada por un partido jacobino, como en Francia, donde el campesinado, apoyando la revolución, fue decisivo para la derrota de las fuerzas de la reacción aristocrática.

El partido político más avanzado fue el Partido de Acción, el partido de Manzini y Garibaldi, que no tuvo sin embargo la capacidad de plantear el problema de la alianza de las fuerzas burguesas progresistas con el campesinado: Garibaldi en Sicilia distribuyó las tierras a los campesinos, pero “los movimientos de insurrección de los campesinos contra los barones fueron despiadadamente aplastados y fue creada la guardia nacional anti-campesina.

Los cuadernos de la cárcel.


Los 32 Cuadernos de cárcel, de complejas 2.848 páginas, no fueron destinadas para ser publicadas, contienen reflexiones y apuntes elaborados durante su reclusión, iniciados el 8 de febrero de 1929, fueron definitivamente interrumpidas en agosto de 1935 a causa de la gravedad de su salud. Fueron enumerados, sin tener en cuenta su cronología, por su cuñada Tatiana Schucht que, junto con Piero Sraffa, logró sustraerlos de las inspecciones policíacas y entregarlas al banquero Raffaele Mattioli, secreto financiador de las redacciones de Gramsci, el cual las confió en Moscú a Palmiro Togliatti y a los otros dirigentes comunistas italianos.

Después del final de la guerra los Cuadernos, revisados por Felice Platone, fueron publicados por la casa editora Einaudi – unidas a sus Cartas de cárcel remitidas a los familiares – en seis volúmenes, ordenados por argumentos homogéneos, con los títulos:








La escuela única.


El concepto dé Escuela única, o unitaria, desempeña una función relevante en las concepciones pedagógicas de Gramsci. En realidad, es una consecuencia de la visión que el pensador italiano tiene del desarrollo de la sociedad. Según Betti, la sociedad que se plantea Gramsci es una comunidad nueva, animada de un espíritu de justicia social, una sociedad donde la escuela se inserta como elemento activo y propulsor para la educación de las nuevas generaciones, una sociedad que no entre en contradicción con la escuela, sino que sea capaz de revivir y prolongar las recíprocas interacciones que la escuela establece. 


En la visión gramsciana, el problema de la sociedad es esencial. Gramsci, al igual que Makarenko, está convencido de que la cuestión de la revalorización del trabajo como actividad humana y social, de la construcción de una sociedad capaz de realizar las más válidas aspiraciones del hombre no puede encontrar una solución satisfactoria en el mero activismo pedagógico por cuanto que la educación social ha de ir unida a la idea de transformación social.

Para Gramsci, la escuela única constituye una gran exigencia de la sociedad moderna, que necesita aprovechar todas las posibilidades de los jóvenes para mantenerse sólida y progresiva. En consecuencia, la educación debe entenderse como una presión enérgica "sobre todo el sector escolar para hacer emerger a esos millares, centenares, o aunque sólo sean docenas de estudiosos de altos vuelos, necesarios para la continuidad de cualquier cultura". Desde esta perspectiva, según Betti, no debe creerse que Gramsci, al mencionar esa intención de seleccionar enérgicamente, pretende reducir la escuela a una pequeña élite, aunque fuese la élite de la inteligencia. 


Grámsci está íntimamente convencido de que el problema de llevar la cultura a todos coincide con el de seleccionar los grandes dirigentes de la sociedad. Pues en realidad, cuando se dice que todos deben seguir el mismo curso, no significa que todos vayan a alcanzar los mismos objetivos y los mismos resultados, sino que todos deben tener la oportunidad y los medios para constituirse como personas, deben estar sometidos a la disciplina y al trabajo intelectual ser puestos en contacto con el patrimonio cultural acumulado por las generaciones precedentes, y estar cada cual en condiciones para poder expresar "su verdadera y esencial capacidad, asegurándole para ello el desarrollo natural tantas veces comprometido por los shocks psíquicos debidos a hechos de la vida del alumno en la familia y en la escuela".

En esta concepción gramsciana, la escuela no puede concebirse ni siquiera en sus primeros años, como una diversión, como una enseñanza fácil y atrayente en todo momento y a cualquier precio, sino como una acción que, dentro del respeto al educando, impone sacrificios, renuncias y esfuerzos. 


Pues nunca dejará de ser cierto que el entendimiento del niño no progresa sino "por medio del esfuerzo", al mismo tiempo que lucha por "sujetarse a privaciones y limitaciones del movimiento físico, es decir, que se somete a una disciplina psicofísica". Basándose en sus propias experiencias, Gramsci concibe el estudio como una tarea muy seria y fatigosa que no se lleva a cabo espontáneamente, sino que exige una preparación no sólo intelectual sino también muscular y nerviosa: es como un proceso de adaptación, un hábito adquirido a través del esfuerzo, superando el tedio e incluso el sufrimiento. 


De ahí la posición negativa de Gramsci ante la idea de que la escuela, por ser para todos, haya de ser fácil. De ahí también la sugerencia de generalizar la enseñanza preescolar, a fin de que todos los niños adquieran esos hábitos necesarios para facilitar la adaptación psico-física a la escuela, así como al proyecto de crear una serie de actividades integradoras, tales como bibliotecas, guarderías, etc., para favorecer el proceso de homogeneización de los diversos elementos de la vida escolar y elevar a los más desposeídos al nivel de los mejores. 


Desde esta perspectiva resulta claro que el objetivo de la escuela unitaria es crear un estrato de intelectuales, elevando las masas a la cultura para hacerles adquirir una concepción superior de la vida, en contra de las tendencias que se proponen mantener a los simples, a los humildes, en su filosofía primitiva. En consecuencia, la escuela unitaria es "un elemento básico en la lucha por la hegemonía de las clases populares"














Louis Althusser (1918 -1990)


Louis Althusser nació el 16 de octubre de 1918 en Birmandreis (Argelia), de familia alsaciana emigrada a Argelia tras la guerra franco-prusiana de 1870.
Entre 1924 y 1930, realiza sus estudios primarios en Argel, y entre 1930 y 1936, cursa el bachillerato en Marsella, trasladándose a Lyon ese año, en donde es alumno del Lycée du Parc, para preparar su ingreso en la École Normale Supérieure, en la que ingresa en 1939.
Fue discípulo de Gaston Bachelard y del filósofo católico Jean Guitton durante su juventud en donde es un activista cristiano.

En septiembre de 1939, es movilizado al comenzar la segunda guerra mundial, y es hecho prisionero por los alemanes en Vannes, en junio de 1940, para ser liberado en mayo de 1945, cuando la guerra acaba en Europa. Durante su cautiverio tiene los primeros síntomas de los graves desequilibrios mentales que padecerá durante toda su vida.

En 1948 es diplomado en la École Normale Supérieure, en donde se convierte en profesor agregado de Filosofía. En ese mismo año, ingresa en el Partido Comunista francés, debido entre otras cosas a la influencia de quien sería su mujer Hélène Rythman.
Impartirá clases en la École hasta 1980. En ese año, durante un brote psicótico, mata a su mujer. En el juicio por el homicidio de su mujer es declarado no responsable de sus actos debido a sus desequilibrios mentales, y es recluído en una clínica psiquiátrica. Muere en París, el 22 de octubre de 1990.

Fundamentos filosóficos.

Por su parte, Louis Althusser, inteligente, trabajador y estudioso como ninguno, pretende no ya incrustar dentro de la teoría marxista una ideología en boga, ni acuñar una autentica cultura proletaria, sino establecer, más bien, la validez teórica sobre la cual descansa la doctrina del materialismo dialectico.

Con sobrada perspicacia busca Althusser  analizar el pensamiento de Marx con el indispensable rigor para establecer sus fundamentos filosóficos y determinar sus límites con la ciencia particular.

Con justicia recuerda el filósofo francés que la obra de Marx responde a un método riguroso en el cual nuevas categorías, propias de una nueva filosofía, desempeñan funciones precisas, pero al mismo tiempo echa de  menos el vacío dejado por Marx  al no legarnos siquiera una página de autorreflexión sobre su filosofía.

Descartes, Kant y Hegel nos dejaron las apreciaciones suficientes para establecer los fundamentos sistemáticos de sus propias y totalizadoras filosofías en el Discurso del Método, la Crítica de la razón pura, la Ciencia de la lógica y la Fenomenología del espíritu. Es bien sabido que el enorme esfuerzo que represento escribir El Capital minó la resistencia física del pensador alemán quien no pudo concluir sino el primer tomo dejando los dos restantes a la buena voluntad, comprensión y capacidad de trabajo de su compañero Engels.

La riqueza teórica de la concepción marxista exigía una minuciosa investigación para determinar los alcances de su pensamiento en la sociología, la antropología, la ciencia de la historia, la economía política, pero sin dejar a un lado su completa integración en un marco único filosófico.

Los apartados Ideológicos de estado.


Althusser señala que no basta la distinción poder de Estado y aparato de Estado, sino también otra realidad que se manifiesta junto al ARE, pero que no debe confundirse con éste, lo que el filósofo le llamó Aparato Ideológico de Estado (AIE).

Althusser recomienda no confundir el Aparato Represivo del Estado con los Aparatos Ideológicos del Estado.
La teoría marxista señala que el Aparato de Estado (AE), comprende: el gobierno, la administración, el ejército, la policía, los tribunales, las prisiones, el derecho, etc., lo que ahora se llama Aparato Represivo del Estado (ARE), el cual funciona mediante la violencia.

Los Aparatos Ideológicos de Estado, escribe Althusser, son realidades, formadas por instituciones distintas y especialidades como son:

AIE religiosos (el sistema de las distintas iglesias).
AIE escolar (el sistema de las distintas “escuelas”, públicas y privadas).
AIE familiar
AIE jurídico
AIE político (el sistema político del cual forman parte los distintos partidos).
AIE sindical
AIE de información (prensa, radio, TV, etc.)
AIE cultural (literatura, artes, deportes, etc.)

Althusser señala algunas diferencias entre el ARE y los AIE, el primero es unificado, proviene del dominio público y funciona mediante la violencia. Los segundos son dispersos, plurales y provienen en su mayoría del dominio privado (iglesias, familia, periódicos, partidos políticos, etc.). Althusser advierte que no hay ARE ni AIE puramente represivos ni ideológicos; hay un doble funcionamiento, según sea el aparato, puede funcionar predominantemente con represión o con ideología, por ejemplo, la escuela y las iglesias, “adiestran” con métodos apropiados (sanciones, exclusiones, selección, etc.) no sólo a sus oficiantes sino a su grey.

Resumen de la teoría del ARE y los AIE, según Althusser:

1) Todos los aparatos de Estado funcionan mediante la represión y la ideología, con la diferencia de que el aparato (represivo) de Estado funciona masivamente con la represión como forma predominante, en tanto que los aparatos ideológicos de Estado funcionan masivamente con la ideología como forma predominante.

2) En tanto que el aparato (represivo) de Estado constituye un todo organizado cuyos diferentes miembros están centralizados bajo una unidad de mando –la de la política de lucha de clases aplicada por los representantes políticos de las clases dominantes que tiene el poder del Estado- los aparatos ideológicos de Estado son múltiples, distintos, “relativamente autónomos” y susceptibles de ofrecer un campo objetivo a contradicciones que, bajo formas unas veces limitadas, otras extremas, expresan los efectos de los choques entre la lucha de clases capitalista y la lucha de clases proletaria, así como sus formas subordinadas.

3) En tanto que la unidad del aparato (represivo) de Estado está asegurada por su organización centralizada y unificada bajo la dirección de representantes de las clases en el poder, que ejecutan la política de lucha de clases en el poder, la unidad entre los diferentes aparatos ideológicos de Estado está asegurada, muy a menudo en formas contradictorias, por la ideología dominante, la de clase dominante.

Todos los Aparatos Ideológicos de Estado, sean cuales fueren, concurren al mismo resultado, la reproducción de las relaciones de producción, es decir, las relaciones capitalistas de explotación, cada uno de ellos concurren a ese resultado único de la manera de que le es propia.

La ideología. 


La línea de trabajo más conocida de Althusser tiene que ver con sus estudios de la ideología, y es Ideología y aparatos ideológicos de Estado su obra más conocida en este campo. Este ensayo establece el concepto de ideología, y lo relaciona con el concepto gramsciano de hegemonía


Si bien la hegemonía en Gramsci está en última instancia determinada por fuerzas políticas, el concepto althusseriano de ideología se apoya en los trabajos de Sigmund Freud y Jacques Lacan sobre lo imaginario y la fase del espejo, y describe las estructuras y los sistemas que nos permiten tener un concepto significativo del yo (moi en Lacan). Estas estructuras, según Althusser, son agentes represivos inevitables (y necesarios). Es bajo la influencia de Lacan que define la ideología como la representación de una relación imaginaria con las condiciones reales de existencia. 


Para Althusser la ideología es ahistórica pues, al igual que el inconsciente freudiano, es eterna; es decir, que siempre habrá ideología. Para Althusser ésta no es una forma de "engañar" o de "conciencia falsa" sino más bien una relación normal de individuos con la sociedad. La ideología, como ya vimos, es la relación imaginaria (sucede en la mente) de los sujetos con sus relaciones sociales.



La escuela y la ideología.



La escuela y otras instituciones del estado como la iglesia y otros aparatos como el ejército enseña las habilidades bajo formas que aseguran sometiendo a la ideología dominante o el dominio de su práctica, todos los agentes de producción, la explotación y la represión debe estar compenetrados, en tal o cual carácter con esta ideología para cumplir concienzudamente.

Según Marx la estructura de toda sociedad está constituida por niveles o instancias articuladas por una determinación especifica: la infraestructura o base económica unidad de fuerzas productivas y relaciones de producción y superestructura que comprende dos niveles o instancias la jurídico política y la ideología, ciencias ideológicas, religiosa, moral, jurídica, política etc.


La reproducción de la sociedad Las clases dominantes se necesitan unas a otras, y su relación se establece por criterios de reproducción y reproducción. A nivel del trabajo, también la clase burguesa necesita que la fuerza de trabajo sea calificada, la reproducción de la fuerza laboral se hacía cuando en el propio proceso de producción el maestro le enseñaba al aprendiz.

Según Althusser, en la sociedad capitalista industrial este aprendizaje se realiza en una serie de instituciones, donde la escuela cumple un papel preponderante. Por un lado enseñan las habilidades y conocimientos necesarios para la producción pero, por otra parte, se constituyen en correas transmisoras de inculcación ideológica. Althusser concluye afirmando que la escuela enseña las habilidades; pero en forma que aseguran la sujeción a la ideología dominante o el dominio de su práctica.

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